sábado, 28 de abril de 2012

Hoy.

Hoy, y solo hoy, va a ser el día de la completa sinceridad. Hoy, y solo hoy, es cuando voy a admitir que, a pesar de la sonrisa en mi cara, no estoy del todo bien. Admito que tengo fallos, que no soy perfecta. Admito que me cansé de dejarme la piel peleando por causas perdidas. Admito que a veces el mundo se me queda grande, que los problemas me superan, y que a veces me pierdo y no sé cómo seguir hacia delante. Admito que, aunque parezca fuerte, y le eche cojones a la vida, a veces también tengo miedo, y me siento pequeña, insegura, y a veces también quiero esconderme y que alguien me diga que todo está bien. Hoy, y solo hoy, admito que te necesito, que te echo de menos a cada segundo que paso lejos de ti, y que, en el mismo instante que te dejé ir, mi vida dejó de tener sentido, mi mundo se paró, el reloj dejó de contar las horas y desde entonces mi corazón es una continua sucesión de nubes y claros. A ratos llueve. Porque hoy, y solo hoy, admitiré todas las veces que lloré pensando en ti, en los besos que no te doy, en las sonrisas que ya no son mías, en las noches que ya no pasas conmigo.

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